Te recomiendo esta película.
Se llama “El vientre de un arquitecto”
Dice así:
a)
Camino bajo los pórticos
y pienso en Lidia.
Tengo una cita con una dama,
No como carne, apenas fruta.
Orino en el baño del cine.
Dejo pasar el tiempo.
Voy a la dama en el piso tercero.
Me detengo en el buzón y no fumo.
Llevo mi carpeta con dibujos de escalas,
cornucopias, desnudos.
Una niña en la escala me da su manzana.
Se toma el tiempo mi dama.
Llego a la puerta finamente labrada
y sorprendo una cópula.
Creo que no vendrá mi dama.
Al mármol
se han caído los planos
el compás y las ganas
b)
- Me interesan los estómagos.
Es una zona erótica en las estatuas.
Me dice.
No me avergüenzo al contemplar mi panza.
- Me interesan las orejas.
Es una zona erótica en mí.
Le digo, simulando una queja.
- Te pareces a Van Gogh.
Susurra y clava su lengua en mi pecho,
Me monta junto al muslo Bramante.
Lo bueno para el cornudo
es bueno para el amante.
c)
Era escultora.
Restauraba narices.
Amaba mi abdomen y mi larga sombra desnuda
sobre las tablas calientes.
Yo
no puedo recordar qué amé de ella.
d)
En el sofá meditaba:
- Todo obelisco es un tótem, el tributo al pene.
¿Y si Jesús hubiera muerto de cáncer?
Les explico; ella moría.
Chorreaba la fuente de Trevi sus aguas
y yo la aclamaba
como si las campanas del mundo volaran.
- Me crece ya el pelo de la nariz,
No puedo perder el tiempo jugando ajedrez.
Me viene la vejez. Le dije y me fui.
Supe de su muerte dos años después
y no me conmovió.
Los arcos de triunfo, sí me conmueven
Se parecen a una cerradura
el tótem de la vagina.
Son mis recuerdos
de obeliscos y arcadas.