Tengo toda la noche en las venas – Paul Eluard
16 Fotografía
Tengo
una casa llena de sombreros y cornetas
Y tengo una mujer.
mi
patio con estatuas
y
la antena receptora.
Tengo
mi casa llena de peces y tortugas;
tres
hijos, tres perras y una nana.
También
hago mermelada de damasco y hago pan.
Se
me cae el pelo de viejo y de vergüenza
pero
no los sueños, los sueños no.
19 Decisiones
Hacia
la alborada
de
congojas
van
los pasos punto a punto.
Al
corazón exacto van
para
llenar de hijos y de arrugas
la
flor mía.
Aquí
estalla el látigo gran yegua de eclipse
y
no el anecdotario
de
los partes de matrimonio y su vals antiguo.
Aquí
no hay infamias
si
no el relincho de la doctrina del sexo y su ternura.
25 Festivo y gracioso
Tú, señora mía y flaca
me unges.
Me quemaré en el fuego
Espero no acabar completamente aniquilado
Lo digo con esmero.
Insisto. No fui yo.
Para dejar las cosas claras
Fuiste tú
y tus hilachas flacas
la que al hilván de tus pucheros
qué mal me hicieron.
26 y 27 años
Hubo
un viejo cantante
Si
mal no recuerdo. Si no apuramos.
Tenía
una canción de amor.
Pero
después de tantos años sé
que
sólo importan
el
queso y el jerez.
...
...
¿Qué
pasa por tu cabeza?
Pájaros,
anfibios, gusanos.
que vuelan por mis ventanas
Pasa
el tren a los 27, querida
Y
las ocasiones pasan
Pasa
la vida a los 40 mi viejo
Pasa parece, agua bajo el puente
Demasiada
como para hacerse el sordo
Demasiadas
cuerdas para un mismo trompo
Demasiadas
ansias a los 27
Mucho
pan comido a los cuarenta.
28 Bajando por calle Huérfanos
Suena el carillón de La Merced
y alas de palomas silban en el aire quieto de la plaza.
Taladran a tu paso las campanadas.
El cañonazo estalla a las doce
y a tus doce pasos los vibratos.
Tu voz toca su flauta
de pífanos y timbales que trepanan el aire.
De las cornisas
los hombres te cantan a coro
y de altos edificios braman sus tenores.
El rumor de tus pasos
suena a insectos bulliciosos y a microbios.
Al bramido inmaculado de sinfónicos motores
toda la ciudad te escucha
y en un vacío sordo a ti
está el cornudo que te ama.
30 y 31 Están hechos de noche, de mordeduras, de besos, de insomnio, de veneno, de éxtasis y odios
de
las rodillas al pubis de los tentáculos,
del
pubis al corazón maldito
aunque
el tic-tac me trague,
aunque
el sol me ciegue
me
transfigure la noche en drácula
en
pene lobo en momia el alma.
Tengo
que amarte lleno de líquidos
con
odio, con sal. Contigo he de volar
sobre
tu casa sobre la plaza sobre el desván
sobre
los puentes sobre la urgencia
sobre
ti pleno de ira
En
el muelle, en los gaviones
en
ese faro al fin de la vía,
con
blasones y con viajeros,
con
furor prudente y en esa esquina
antes
que nada, del plenilunio
antes
del gusto y del placer vehemente
Entre
los buses, en cada patio del vecindario
en
hospitales y en cementerios, en cada diente
en
cada torre, en la jugada,
en
ajedrez ,corre el anillo
tablero chino; tengo que amarte,
tablero chino; tengo que amarte,
bajo
las nubes, bajo el sudario.
Bajo
tus ancas,
junto
a tu oído, he de escucharte tieso,
he
de intentarlo todo;
sensato
en cada prisa,
urgente
en cada cosa
y
sabio casi perfecto.
Y
he de olvidarte
al
lado inerte de tu moral
al
lado ofidio de tu barriga
al
lado sur de tu risotada
al
lado triste de tu paloma
al
lado bajo de tus sentidos
al
lado oscuro del corazón
He
de olvidarte yo.
Primero
yo.
…
En
el vaho de Dios pero en inglés
En
la humedad de las calles a vapor del siglo pasado
En la bruma de las tardes sin pan
En la bruma de las tardes sin pan
En el quiosco de
la plaza de la independencia de la patria total
En el discurso de
la república eufórica
En el talón impar
que olvidaste en la alcoba del crimen
En el cocorococó
de los coitos y orgasmos
En
lo etéreo de los cielos que están investigando los peritos
En
lo aéreo de mis huesos de ave pilucha y mi origen volcánico
En
el ancla sacramental de alguna tesis sobre tsunamis
En
la nube de este día implacable del Perpetuo Socorro
En
el derrotero del tótem y su élite vegetal, la selva
En
el ebrio nocturno del vino permeable
En
el duro balazo de luna donde pediste perdón
En
el mayúsculo absurdo de tu sexo
minúsculo
En
la velocidad de la lluvia que ha sido controlada por radar
En
viento azul a mi pecho y mis tetas y
huecos
En
la brisa sutil de tu sublime dedo sin uña
En
el poco dinero que padeces y la erudición que mitigas
En
el vértigo de las olas más grandes que
la cresta
Y
en todo lo que hice por ti
En
el gas perfecto de estos versos malignos que me atoran
En
lo efímero de mis suspiros felinos
En
lo remolino del narcótico y su desierto
En
el humo del automóvil artero donde mentí
por
otros amores que nunca supiste
En
el aire que traficó bajo todos los barcos, todos los pájaros
En
mis senos
que
es donde se acorta el aire común y corriente
y
donde siempre babeas
En
las turbinas del primer avión que con mis muslos cogí
En
las plumas del cóndor lila también
En
lo más alto del aire donde navegan las hembras mejor
En
el beso del ángel y en el beso francés
En
el blanco pañuelo del adiós, mi amor.
Vuelo entera y campante
Vuelo
sola y sin ti.
Adiós.
Aquí
te dejo.
Y
si quieres me olvidas primero.
Este
es mi poema final.
33. CAMILE
La
liturgia del amor que yo practico
es un
método
que
cohesiona mi lógica y mi libido.
Automatizo
lo que de mí tocas;
el
aroma, las ondulaciones
para en
definitiva saberte
y en eso
no transo,
Para ser
exacto
no apelo
a ningún sentido
excepto
el tacto.
Es mi
táctica mirar fijo
no suponer
tus funciones
y
adivinar que enmudeces
a nada
sabes y que no hueles .
Es un
rito palpar los nudos,
un
músculo;
saber de
la tráquea
del
cráneo pulcro
comulgar el deseo en tus vértebras,
tocar
entre ellas el orden
ciego y
sordo,
en
equilibrio; flexibles a mí
y
analizar la simetría de tus huesos.
Mi
sentido matemático proviene del asombro.
Está
allí, en ti,
el
dominio de la sustancia pura
donde lo
mejor es mi tacto.
Y mi
piel de tarde,
que es
una cinta de extensión
mi
órgano sexual más grande,
requiere
saber el concepto inequívoco
de tu
existencia en tiempo y energía
de tus
órganos asociados en combinación precisa
a mi
organismo.
De ti
Soy el
erudito.
34 EL VIENTRE DE UN ARQUITECTO
Te recomiendo esta película.
Se llama “El vientre de un arquitecto”
Dice así:
a)
Camino bajo los pórticos
y pienso en Lidia.
Tengo una cita con una dama,
No como carne, apenas fruta.
Orino en el baño del cine.
Dejo pasar el tiempo.
Voy a la dama en el piso tercero.
Me detengo en el buzón y no fumo.
Llevo mi carpeta con dibujos de escalas,
cornucopias, desnudos.
Una niña en la escala me da su manzana.
Se toma el tiempo mi dama.
Llego a la puerta finamente labrada
y sorprendo una cópula.
Creo que no vendrá mi dama.
Al mármol
se han caído los planos
el compás y las ganas
b)
- Me interesan los estómagos.
Es una zona erótica en las estatuas.
Me dice.
No me avergüenzo al contemplar mi panza.
- Me interesan las orejas.
Es una zona erótica en mí.
Le digo, simulando una queja.
- Te pareces a Van Gogh.
Susurra y clava su lengua en mi pecho,
Me monta junto al muslo Bramante.
Lo bueno para el cornudo
es bueno para el amante.
c)
Era escultora.
Restauraba narices.
Amaba mi abdomen y mi larga sombra desnuda
sobre las tablas calientes.
Yo
no puedo recordar qué amé de ella.
d)
En el sofá meditaba:
- Todo obelisco es un tótem, el tributo al pene.
¿Y si Jesús hubiera muerto de cáncer?
Les explico; ella moría.
Chorreaba la fuente de Trevi sus aguas
y yo la aclamaba
como si las campanas del mundo volaran.
- Me crece ya el pelo de la nariz,
No puedo perder el tiempo jugando ajedrez.
Me viene la vejez. Le dije y me fui.
Supe de su muerte dos años después
y no me conmovió.
Los arcos de triunfo, sí me conmueven
Se parecen a una cerradura
el tótem de la vagina.
Son mis recuerdos
de obeliscos y arcadas.
35 Epifanía
Escribir
Gracias
Canto
de mí, las flores del mal y Cosmogonía,
los
versos de mi padre en su libreta de anillos.
Escribir
mío y mis provincias
en
la república de mis orillas
considerando
que la distancia es justa hasta tu esquina
considerando
el ancho regular de las calles
y
la fluidez espectacular del tráfico.
Considerando
el testamento
del
cielo donde no para de llover,
la
luz de neón tu piel
o
el rouge, que es todo tu color.
Escribir
riendo de ti princesa
corazoncito
de olor canela.
Escribir
a oscuras
entre
mi almohada y señora.
Escribir
por dentro creciendo.
Escribir
por ti, por si la distancia merma
y
el sueño vuela
y
tesoro por luna
corazoncito
de olor canela.
Para
eso escribo;
para
el desierto y mi dignidad,
para
ser fiel y fiero escribo.
Porque,
tesoro, corazoncito
ya
no sueño
si
no lunas tuyas al revés.
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